En los olivares de la Sierra Sur de Jaén, a más de 1.000 metros de altitud, crecen desde hace más de un siglo nuestros olivos. Y sobre ellos nosotros, la familia Aceituno, hemos escrito una apasionante historia. Una historia de trabajo, de apuesta por lo auténtico, de mejora continua y de búsqueda de la excelencia. 

Los aceites de montaña tienen valores diferenciales, influidos por la radiación solar, por el clima, por el suelo… Estos factores hacen que nuestro aceite tenga una composición en ácidos grasos altamente saludable. Además, debido al punto de maduración del fruto en el momento de la recogida, son más ricos en antioxidantes naturales, como los polifenoles. Ello les proporciona mayor estabilidad y mayor resistencia. Además, son más intensos, más aromáticos y más frutados.

Nuestro picual es así y aquí lo tienes. Ha sido premiado en diferentes partes del mundo, pero nuestro mayor premio es que llega a tu mesa cada año, listo para que lo disfrutes y para enriquecer tu salud y tu espíritu.